4.10.10

Encuentro del 11-09-10

Nos reunimos en lo de Lucía. Éramos Natalia, Valeria, Maia, la ya mentada, Facundo, Juan Pablo y yo. Transitamos, al menos, por 3 momentos: primero, hablamos del PRI; segundo, comentarios a las publicaciones que nos habíamos asignado; y, tercero, reflexión en trono a la publicación por venir, en base al texto que envió Maia por mail durante la semana pasada.

Aclaro que la próxima reunión será el día 9/10, siempre que Seba puede estar (es un fin de semana largo, ha tenerlo en cuenta); o la correríamos al 2/10 si a Seba le queda mejor.

En relación al PRI, muy poco que decir. Quedé en buscar y reenviar la información para saber qué nos piden y, en base a ello, decidiremos (por mail) qué hacer.

De los comentarios a publicaciones, que fueron cuatro, me permito rescatar las siguientes ideas de probable pertinencia para nuestras propias reflexiones. Después anoté algunos puntos que, entiendo, hemos consensuado a partir de aquí.

De la revista Acontecimiento, de la editorial puntualmente, que nos comentó Valeria:

a) la pregunta por la política como experimentación. ¿Es polética un experimento político? ¿Es una experiencia política? ¿O qué? Sin dudas es tema de reflexión pertinente a nuestra publicación, ya que volvemos a esto una y otra vez.

b) la presentación de principios políticos rectores de esa revista (Acontecimiento), y la pertinencia, o no, de darnos una discusión en torno al marco teórico en el cual trabajamos, y desde el cual pensamos, nosotros.

Es claro que no vamos a afiliarnos a ninguno autor ni corriente filosófica, muy claro que cada uno tiene sus obsesiones; pero, sin embargo, algunas veces hecho referencia a un marco común, demasiado grande e impreciso quizás, que sí compartimos. Uno podría decir que, al menos, Habermas y Apel, no están adentro y que Derrida y Marx, sí.

Pienso ahora en amartillazos, que se declara anticapitalista. También es un horizonte amplio de demarcación, pero no deja de ser una afirmación importante. ¿Tendría cabida un pronunciación de este tipo entre nos?

c) La apuesta por la autonomía, que de todos modos fue más desarrollado en otros puntos.

“Pensar lo propio”, que comenté yo: allí se podía encontrar un pluralismo muy poco interesante, totalmente desarticulado o articulado en base a consignas muy amplias. Terminaba siendo un rejunte de artículos. Una “comunidad” meramente retórica, abstracta, sin proceso en conjunto. A nuestros fines: sirve para saber qué NO hacer.

Juan Pablo comentó “No damos cátedra”. Es de una gente de un taller de “investig/acción” urbana, que tiene una perspectiva anticapitalista, y piensa el ámbito académico como una institución estructuralmente isomorfa a la sociedad capitalista toda. Propone el sabotaje desde los márgenes como metodología, e intenta ir tratando de instalando lógicas no jerárquicas, de parcelamiento, no mercantilistas, etc.

De esta publicación, convinimos, que sí se podrían “chorear” varias cosas.

En primer lugar, tenemos en común con esta gente que la producción del material a publicar es previa a la decisión de publicación. O sea: allí también se trataba de ver qué y cómo se hace con lo que ya se tiene laburado; y no de juntarnos a producir cosas enteramente nuevas.

Ellos consiguieron darle una forma dinámica a su trabajo. Lograron presentar discusiones en el desarrollo del texto y, al parecer, articularon de una manera notable las diferencias internas. Sería bueno lograr algo similar en este sentido, y el estudio de ese librito pueda ayudar.

Un dato que rescatamos es que, al parecer, la presentación fue escrita recién al final: cosa que nos pareció perfectamente razonable ya que no se trata de ajustar la producción a la misma, sino la misma a una producción que le precede. Eso, lo compramos.

Por último, Maia hizo un breve comentario Río sin Orillas. Esta publicación, enmarcada entre las experiencias de autogestión, como todas las demás, tiene una apuesta estilística y de diseño claramente diferente. Pero con lo que nos quedamos es con la apuesta por la forma ensayo, como algo que podría tenerse en cuenta en nuestra búsqueda de las maneras apropiadas para decir lo que queremos decir.

De este momento de la charla, creo que pudimos derivar las siguientes pautas:

1- La presentación de nuestra obra debe hacerse cargo, cuanto menos, de estas dos preguntas: ¿por qué esta publicación? y ¿para quién esta publicación?

En este sentido, puesto que no tenemos intenciones de ajustar el cuerpo de la misma a un plan prefijado en la editorial o presentación; ésta debería ser escrita al final del recorrido: diciendo qué pasó y no que debería pasar.

2- Nuestra publicación habrá de dar cuenta de un recorrido pero no intentará abrir nuevos problemas.

3- Debemos proponernos generar un producto que pueda, como nuestro grupo, articular las diferencias, con la finalidad de potenciarlas. Una comunidad de interrogación, como hemos dicho, sería así la nuestra.

4- La forma ensayística, con todas las libertades que otorga, parece bastante apropiada a nuestros fines.

(Creo que sería bueno que veamos si hay algo que cambiar en esto que enumeré… y si no, diría que tratemos de ir aferrándonos a este tipo de consensos, por mínimos que sean, para poder avanzar con el trabajo sin tener que volver a ellos cada reunión. Ir sedimentando, que le dicen. ¿Les parece?)

En el tercer momento estuvimos leyendo y conversando en torno al escrito de Maía en que se reseñaba el origen del grupo, lo cual dio origen a unos interesantes intercambios y diferencias.

A la estructura general de su escrito, le fuimos agregando oralmente temas o aspectos que, creímos, eran importantes.

En primer lugar, acordamos que hay que remarcar la necesidad de articular nuestro origen con los condicionamientos institucionales de la facultad. Yendo desde la posibilidad que una mina como Eva Carrizo tenga un práctico, hasta la imposibilidad fáctica de desarrollar un pensamiento como el que llevamos adelante hace 4 años en los estrechos límites de Puán 480.

Un temita interesante que se abrió tiene que ver con ahondar esa idea de Maia en torno a que, aunque no empezamos siendo amigos, con el correr del tiempo nuestras relaciones han trascendido claramente la esfera de los pensamientos, al punto de estar siempre al borde de la orgía. Hecho por el cual cabe preguntarse: ¿hay determinados tipos de organización que hacen posibles que la amistad abra sus alas y las agite? ¿Se juega en esta amistad la misma posibilidad de producir conocimiento de otro modo? Mas para no caer en el autobombo, que sino Lucía nos faja a todos, también preguntábamos ¿y si aparece guita, qué pasa? ¿Será que todo muy lindo cuando no hay que pronunciarse sobre esas viles cosas (igual, si hay guita yo quiero, eh), cuando no asoma la cuestión de los espacios de poder? ¿Cuál es el alcance de las decisiones que se toman en nuestro espacio? ¿Nuestras miserias no aparecen porque no las hay, porque la organización horizontal contiene y potencia lo individual sin perjuicio de terceros… o porque no hay, aún, un buen motivo para sacarla ala luz? Pa pensarlo. Podría reformularse en los términos de ¿el hombre es bueno/malo por naturaleza o lo configura, siempre, la organización en la que desarrolla su existencia?

También nos pareció un tema digno de reflexión las no incorporaciones de gentes que estuvieron poco, o, por uno u otro motivo, se fueron. Preguntábamos: ¿cómo se genera la apertura al otro? ¿Alcanza con el espontaneismo y la buena honda? ¿Se puede esperar que el otro, sintiéndose otro, sea parte de lo mismo? ¿puede haber respeto en la excusión? Y así.

Además, hicimos referencias al modo en que las primeras lecturas fueron signando el derrotero posterior: Schmitt y Derrida, alias “don cierre” y el “pibe apertura”, con sus múltiples desplazamientos, ciertamente nos asedian. Y hay que dar cuenta de ello.

Un tema que disparó idas y vueltas fue la pregunta de si había que incorporar, o no, las experiencias como el PRI o las jornadas al relato sobre el ser de polética. O mejor dicho, si se trataba de cosas centrales o meramente adicionales en nuestro itinerario, e incluso antagónicas con dicho ser.

Esto nos llevó a pensar qué quiere decir “intervenir en los márgenes”. Habíamos quienes entendían que si quitáramos los espacios de intervención que recién mencionaba, no estábamos en los márgenes sino directamente afuera. Pero “afuera” y “márgenes” de qué, se podría preguntar. De la institución, en principio.

Con lo cual, de acuerdo a cómo se entendiese la misma podrá dirimirse si espasmo en el margen o afuera. Hay quienes creen que en tanto uno desarrolla un practica que altera la institución que todos llevamos dentro, ya está operando en los márgenes de a misma. Cambiamos el modo de hacer que introyectamos en la facultad, y entonces estamos en sus márgenes, operando antagónicamente. Independientemente del lugar en que se realice dicha operación.

Hay quienes, en cambio, - tratando de que no se terminen “derritiendo los conceptos” - creen que si no se incide en la lógica efectivamente existente, materialmente más burdamente hablando, no se está sino afuera. Serían justamente esas intervenciones “en” las instancias institucionales, tratando de instalar en ellas la diferencia, los momentos propiamente políticos de polética.

El tema es interesante.

Está abierto.

Bueno, en base a estas charlas derivamos dos ejes de trabajo:

1- ¿Qué honda el estado (en tanto aquí se juega el problema de la mediación política)?, en clave teórica. Esto, tratando de hacernos cargo de que esta pregunta debe ser central., si se quiere pensar y hacer política en nuestros días. Esto, a su vez, se puede articular con nuestro relato en torno a la relación con las instituciones.

2- Apertura y cierre, como trauma polético. El derrotero de nuestras lecturas y reflexiones, a la luz de lo que operaron Papá Schmitt y Mamá Derrida, y todos los bastardos que les sucedieron.

La idea es que estos dos ejes sean trabajados por mail, que vayamos tirando reflexiones que nos parezcan pertinentes, para ir buscando y encontrando un modo de laburo que nos permita avanzar en esta nueva faceta poética.

Me recontra pudrí de escribir, dejo acá.