17.4.11

Encuentro del 10-04-11

Empezamos acordando las normas de edición. Acordamos con lo que había mandado Seba, solo cambiando el hecho que las citas no van en cursiva sino entre comillas.

Discutimos los textos de Facu, Seba y las cartas. La discusión estuvo buena porque supero ampliamente la mera discusión del texto.

Con respecto al texto de Facu, todos coincidimos en que el punto mas complicado era su extensión. Nos aprecia que el testo era legible, que se entendía y que reflejaba los problemas que recorrieron poletica, pero que la extensión dificultaba su lectura. Decidimos acortarlo para publicarlo. Facu ya lo estaba haciendo porque en la revista Herramientas le pidieron que lo haga más corto y menos académico.

Las preguntas que subyacían a esta discusión sobre la extensión y sobre el contenido del texto es: ¿Para quién escribimos? ¿Quién queremos que nos lea?¿ Quién nos va a leer efectivamente? Y volvió a salir el tema de el por qué de la publicación. ¿Queremos publicar porque tenemos mucho material escrito, queremos hacer un reconto de lo que se produjo o producimos (más bien, estamos de hecho produciendo) cosas nuevas?

En medio de esta discusión Facu introdujo una distinción interesante para pensar: la distinción entre lo académico y lo academicista. Lo académico tendría que ver con sujetos o /y textos con cierto nivel de complejidad. Sujetos formados de determinada manera, con cierto recorrido intelectual, con ciertas preocupaciones político- filosóficas, etc. Digamos que nosotros escribimos textos académicos y decíamos, no está mal que así sea. En ese sentido, teníamos que hacernos cargo de nuestra formación. Somos académicos en tanto pensamos ciertas cosas que no todos, quizás, se pregunten. Y las expresamos en un lenguaje y con unos conceptos que, quizás, no todos entiendan. Pero en parte de cierta formación que tenemos. (por favor, si esto tiene mas matices de los que estoy poniendo, y de hecho los tiene, agréguenlos.) Ser academicista, por el otro lado, es algo distinto. Decíamos que ser academicista tiene que ver con un amala elección del objeto de estudio Tiene que ver con la investigación de un determinado concepto en un determinado autor que no le sirve a nadie mas que al que lo está investigando. Tiene que ver con tragarse la academia tal como nos viene dada.

Todo esta discusión nos llevo a pensar justamente la especificidad del intelectual (obsesión de Facu en este tiempo).

Después discutimos el texto de Seba. A todos nos apreció que cifraba muy bien el problema, que se entendía, que dialogaba con el texto de Facu. Seba nos aclaró que lo que mando era el esquema mas duro y que se tenía que completar.

A raíz del texto de Seba, charlamos hasta que punto Adorno y Derrida iban por el mismo camino o si se distanciaban en sus posicionamientos. No puedo reponer esta discusión en lo absoluto sobre todo porque lo que tengo anotado es Derrida habla de acontecimiento y Adorno de revolución social. Si alguien tiene ganas puede reponer algo al respecto. Sino, por suerte es un tema recurrente en nuestras reuniones y ya volverá a aparecer.

La cuestión es que no pregunten qué ni por qué pero estuvimos largo tiempo hablando de la revolución. Y obvio, si se dieron recetas de cómo hacerla, no las anoté.

Después leímos las cartas. Todos se rieron bastante y sugirieron algunas cosas en relación a no quedar pegados a la posición derrideana y a que Schmitt bardee porque Derrida estaría aceptando ser un jetón que prologa un libro. Cuando modifique esto y algunas otras cosas, las mando.

Para la próxima, leeremos Herramientas.