17.6.08

Encuentro del 15-06-08

Respecto del proyecto de reconocimiento institucional pensamos en hablar con Eva para confirmar y empezar a pensar en su elaboración

Hablamos de algunos Congresos por venir y de empezar a pensar qué tipo de participación queremos tener.

Los compañeros de exMQN propusieron sacar un volante con las diferentes propuestas que se están desarrollando y preguntaron si Polética estaría interesado en figurar allí. En principio no habría un colectivo que firmara dicho volante, si no que simplemente tendría un carácter informativo de las actividades.

Discutimos respecto a la propuesta de enviar algún artículo a la revista Páginas de Filosofía y nos pareció que estaba bueno enviar las tres monografías presentadas en AFRA firmadas por el colectivo de Polética. Respecto a esto, el cierre de presentaciones es el 31/07 y no en junio como creímos; así que no estamos tan corridos con los tiempos.

Luego pasamos a la discusión de la Sexta declaración de la selva Lacandona. En principio resaltamos cierta polarización que recorre el texto y separa los buenos de los malos. Dicha polarización, parecería buscar una forma de separar las aguas, de poner de un lado al capitalismo y del otro a los zapatistas y la sociedad civil no politizada.
El texto comienza haciendo una genealogía de su recorrido y mostrando que no siempre se opusieron a negociar con el Estado. Sin embargo, a partir de la falta de cumplimiento de los acuerdos establecidos, se genera una ruptura radical.
En este sentido el llamado de los zapatistas es hacia la sociedad civil, con quienes sí tendría sentido negociar, y dentro de este grupo entrarían todos aquellos excluidos por el sistema.
Entonces, se marca una clara ruptura con la política mexicana vigente: con el estado y con los partidos políticos. Sin embargo, no nos quedaba clara la postura de los zapatistas respecto del Estado en general. ¿Hay posibilidad de un Estado que no sea neoliberal?, y si la hubiera ¿cuál sería la postura que tomarían frente a dicho Estado?
El abstencionismo electoral es otra faceta de su ruptura con el actual Estado, sin embargo veíamos que no se derivaba del hecho de estar contra las elecciones una política anti-estatal

Dentro de la organización zapatista hay dos partes: la político militar y la civil democrática. Nos parecía interesante esta escisión ya que en su recorrido muestran cómo ellos se dieron cuanta que lo que querían defender se vio amenazado por la forma en que lo hacían: ¿cómo mantener la autonomía cuando lo que la sostiene es un ejército?
Ahí es cuando estas dos partes entran en tensión y se decide darle prioridad a la autonomía de los municipios frente al ejército. Discutimos bastante en torno al rol del ejército y de qué tipo de ejército estábamos hablando. El ejército surge como una necesidad concreta ante la realidad de los hechos y no como un medio a priori que se reivindica para la lucha. Notábamos en este sentido, que no hay aparentemente una política expansionista ni una mención a la FARC, con lo cual nos parecía que solo justificaban al ejército como instancia necesaria. En este sentido, hay una conciencia fuerte del particularismo de las diferentes identidades que tienen un estilo diferente de decidir. No hay un purismo, sino que cada territorio tiene y muestra sus propias particularidades.
El ejército tendría como dos funciones, una de defensa, para garantizar la autonomía frente al exterior y otra formativa o de conducción porque determinado municipio no está preparado para la autoorganización. En este último punto es donde ellos mismos encuentran el problema que mencionamos antes.
Nos llamaba la atención la vinculación del ejército a lo político y a lo “malo” por un lado y de lo civil a la libertad y lo democrático (en el sentido en que ellos reivindican la democracia). Justamente esta es la propuesta una nueva política que implica, entre otras cosas, mandatos revocables y que supone una temporalidad diferente a la que actualmente rige el sistema electoral. Los municipios autónomos se organizan con la Junta de Buen Gobierno, cuya forma concreta no nos quedaba del todo claro.

Lo interesante era ver como todas las propuestas y problemas surgían a partir de una práctica determinada y de su propia experiencia. De hecho las propuestas que esbozan hacia el final (“PARA ESTO…”), surgen de los propios errores y aciertos que fueron encontrando en su camino. También nos llamaba la atención la necesidad de afirmar primero al ámbito con el cual NO es posible ni les interesa negociar, para delinear luego el que SÍ.
Por último veíamos dos críticas fuertes al capitalismo: (1) la crítica de clases, en donde os trabajadores no pueden controlar sus medios de producción y (2) otra más relacionada con la dimensión cultural de la reducción de la diferencia a la identidad.
El punto que queda por pensar es que si el problema es el capitalismo global, tal como lo esbozan; éste queda sin resolverse y por eso la necesidad de una campaña y de expandirse hacia fuera, ya que sólo así parecería posible sostenerse en el tiempo.

Algunas preguntas que pensamos para el próximo encuentro fueron:
¿Cómo se organiza la Junta de Buen Gobierno? ¿cómo se dan realmente en la práctica?
¿Cómo conviven con el exterior, si es que lo hacen?
¿Cómo les fue o les va con la campaña, en la comunicación con otras experiencias?
¿Cuáles son los municipios autónomos?
¿Cuál es el papel del ejército en los municipios autónomos?
¿Qué pasa con la disidencia dentro de los municipios?
¿Qué pasaría si hubiera otro tipo de Estado en México?
¿Hay algún sondeo de la “opinión pública” respecto a los zapatistas?
En relación con Argentina, ¿cómo estamos nosotros viviendo los procesos políticos? ¿cómo se da acá la coyuntura política?

Finalmente delineamos algo así como el marco de reflexión que estaríamos suponiendo: tres ejes (Estado, liberalismo y movimientos sociales o autonomistas) a partir de dos problemas: (1) la lógica estatal y el papel de la identidad y la diferencia y (2) la idea de democracia que se maneja y el papel de la representación.

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