18.8.10

Encuentro del 01-08-10

Tomando el texto de Blanchot Escritos políticos como mecha, la idea era discutir el sentido –pavada de propuesta-, el para qué, la relación con que se abordará la futura publicación encarada por polética.

Se leyeron algunas partes concernientes, tanto directa como indirectamente, a la mención de lo que era la idea de una publicación y desde ahí se partió.

Facu remarca que más allá de lo fragmentario del abordaje de Blanchot en este texto, es importante no perder cierta idea de totalidad en el enfoque, no como algo cerrado, sino como algo que se va construyendo a medida que se escribe. Esta construcción implica cambio, especie de ruptura, y aquí radicaría lo fragmentario que se escapa al todo. Retomando esta idea de totalidad, Seba señala que con la escritura fragmentaria lo que se quiere hacer es dar voz a los que no la poseen. Y el montaje, retomando una idea de Benjamin, sería otra forma de esto a la vez que se se corre de la mera modalidad interpretativa. Todo texto, nos recuerda Maia, es ontológicamente crítico de por si. Dialoga con su contexto.

Se leen los 7 caracteres posibles de una publicación al decir de Blanchot. Esto es interesante porque abre la discusión específica de cómo será, y los diversos aspectos de la publicación de polética…

Surge como será el carácter de los escritos: anónimos o con firma. Maia recuerda que en una gran cantidad de escritos –y sin olvidarse de la subjetividad rastreable a la vez en cada un de estos- , se ve la irrupción de lo grupal. Y las actas de polética son un ejemplo. Hay un acuerdo general en que la construcción y la historia de polética se gesta desde lo colectivo, tanto en la concepción como en la genealogía, sin olvidar que esta construcción colectiva se materializa en el propio acto, más allá de firmar o no algún artículo.

Facu retoma algo anterior, donde se habló de lo fragmentario como abordaje en la escritura. Menciona que lo fragmentario no es la única manera de romper con la totalidad y traer lo que esta fuera de esta, en las márgenes, en definitiva no es el único camino.

El sentido, acota Juan, se da en la relación con otro y solo en la forma que se aborda la escritura. La publicación es factible de pensarse desde el juego discursivo, y no solo, que se da entre las continuidades y las rupturas. Se escribe para ver que se fuga y que se establece…

La firma, o su falta, pasaría a un 2do plano. Lo principal, siguiendo lo anterior, sería ver como surge y hacia donde deriva el ejercicio de producción de la escritura.

Todos acordamos, en voz de Eze, que la publicación será un recorrido de estos años de polética. El eje sería las 3 o 4 preguntas que se fueron transformando en tópicos: autonomía, diferencia, estado… en definitiva, será una especia de recreación del camino recorrido y cómo se fue desarrollando, manteniéndolo: sin una voz unívoca, pero reconocible como propia, con sus características y particularidades, como el abordaje más que nada conceptual de los problemas, con una lectura de coyuntura que decanta de esto.

¿Es posible pensar el destinatario de la publicación? ¿Algún tipo de lector? ¿Es, polética, un modo de intervenir políticamente? Seba menciona que no tenemos que resignarnos a tener solo lectores de la academia- ¿Racing?-, por más que obviamente es parte del ámbito a donde se llega con la publicación.

El destinatario, a priori, serían todas las personas que quieren cambiar el orden existente en un sentido amplio –Juan dixit-. De esta forma se hace amplia, pero a la vez se delimita el campo en si mismo. Pensar a l@s destinatarios como sujetos: si uno pretende escribir para todos, en realidad no lo hace para nadie.

La publicación será a la vez una forma para que las personas se conecten con polética, ya sea desde aquella o desde el blog. Y se verá el tipo de trabajo que se hace con la lectura, como circula y se recrea, a la vez que se va formando que es lo que es para nosotros la filosofía, que se entiende por ella, o que entendemos por ella como integrantes del colectivo. Existe una forma muy desenfada de introducirse en los textos, con su propia lógica interna, con una abordaje constate y presente de algo que podríamos denominar como político. Acá Eze hace notar que nunca nos abocamos a tratar que es la ética, o por lo menos a mencionarlo explícitamente. De todas formas, se acuerda que al estar tan presente eso otro que llamamos “político” hay una presencia implícita de aquella.

¿Es factible pensar la problemática de polética desde la editorial? ¿Se la aborda de alguna manera en particular? Hay que hacer visibles las discusiones y diferencias en estas, de forma que se vea la usina, hacerla explicita junto con la discusión, ver como va surgiendo y se trabaja la diferencia, se camina y se recrea con ella. Ver cómo funcionan estas tensiones, se hacen explicitas y se acciona junto con ellas. En definitiva, en palabras de Juan, será una forma de mostrar cómo se produce crítica e intelectualmente. De aquí que la tan mencionada fragmentación es una consecuencia, un arrivo, un punto de fuga y no un punto de partida.

Lucía comenta que sería interesante, y acordamos, en tratar de trabajar el contexto subjetivo, la cotidianeidad del colectivo pre y post reuniones -valga como ejemplo el buen nivel de elaboración culinaria de los integrantes de polética…

Se acuerda escribir una especie de recopilación general, o temas que se han laburado. Cómo quedamos en reunirnos en 15 días, los escritos en general serán fragmentarios… no tanto por la influencia de Blanchot, sino por una mera problemática temporal….

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