24.2.12

Encuentro del 11-02-12

Acta Polética, sábado 11 del 2 de 2012

Tratado Teológico-Político
Como siempre fuimos haciendo una comentario oblicuo del texto, una veces tratando de relacionar el texto con el problema que venimos laburando, otras reponiendo su estructura argumental, otras cruzando el texto con las perspectiva de laburo de cada cual al interior del proceso que venimos dando en el grupo. Si bien tomamos el libro el general, salvo Eze y Facu, el resto habíamos llegado como mucho al capítulo XV incluido, pero no habíamos leído nada del XVI (fundamental) en adelante. Armé unos ítems de entrada para recuperar un poco la vinculación interna de las ideas y que no quede simplemente como una enumeración suelta.

Unidad y multiplicidad en el TTP

Arrancó Maia relacionando el TTP con nuestro problema disparador en torno a la relación entre lo uno y lo múltiple o entre la relación intrínseca entre planos diversos. Según Spinoza la obediencia en el caso del origen del Estado hebrero, la obediencia se produciría por convencimiento interno y no por mero mandato. Lo que en un comienzo aparecería como mandato externo es, en realidad, obediencia interna a las leyes de Dios. El plano del mandato y el plano de la obediencia gozarían de una correlación. Moisés como profeta habría buscado y producido una obediencia interna. A pesar de que la obediencia en el Estado no depende de la comprensión y análisis racional, habría correlación entre los preceptos religiosos, el amor al prójimo (obediencia), y lo que dicta la razón.

De la distinción de los planos

A pesar de la correlación de los planos, Spinoza también es muy cuidadoso en no confundir los planos. Repasamos en qué consiste esa distinción, tal como aparece en el capítulo dedicado a la ley divina (4). La ley divina no puede entenderse en términos de prescripciones. Se trata más bien de la propia potencia de la naturaleza, plano bajo el cual opera la férrea necesidad de la potencia divina. En cambio, la ley humana es prescriptiva. El ser humano es parte de la naturaleza, bajo el aspecto de la ley divina, opera la férrea necesidad de la potencia natural, pero como desconoce la cadena causal completa que explica el orden eterno, debe operar bajo el influjo y el conocimiento de las «causas próximas». Para este segundo plano, al ser humano les útil y necesario pensar en términos de libertad de actuar, prescribir, etc.
Distinguiendo los dos planos, la cosa quedaría así más o menos: la virtud y la felicidad dependen de la comprensión de la potencia de la naturaleza (o natura naturans, orden eterno, etc.). Mientras que bajo el segundo plano, la ley humana, se cumple el tercer elemento deseable: vivir seguros y sanos. Es en este plano que adquiere sentido la creación del Estado. El Estado, la ley humana, tienen por principio la utilidad, el vivir en paz y seguridad. Los dos planos, así entendidos, repartirían lo que cae bajo la égida de la Ética y de la Política: es a la ética a la que le corresponde la vida virtuosa y feliz y la que implica el conocimiento de la verdad. Y sería a la Política la que se encarga del orden de lo fortuito y cambiante, de la utilidad y la vida segura.
Acá ya se presenta una primera tensión en el plantea spinozista y que deberemos seguir investigando para ver si Spinoza no malogra su propio intento: la ética y la política, la filosofía y la religión son claramente planos diversos (la virtud y la felicidad/la seguridad; la verdad/el amor al prójimo, obediencia) pero que a la vez son correlativos. Por ejemplo, la ética corresponde al análisis racional de la verdad pero sabemos por la ética que el conocimiento es a la vez una forma de vida y no simplemente una cuestión contemplativa. En Spinoza el orden de las ideas y el orden del cuerpo son correlativos y coinciden. Lo mismo en cuanto a la religión: determina el orden de la obediencia y no precisa que esa obediencia se produzca por medio de un conocimiento racional. Sin embargo, la obediencia como amor al prójimo en el orden religioso coincide con lo que prescribe la razón. Es decir, Spinoza obliga todo el tiempo a hacer el esfuerzo de distinguir los planos y establecer su correlación necesaria. No mezclar ni dividir.
Todavía en el plano de los distingos, la política sería una disciplina lúgubre. Hacemos política porque no somos todos beatos. Se trata de un pesimismo moral que implica una paradoja, como decía Facu. Porque si bien hay un pesimismo moral, es justamente por eso, porque todos creemos que tenemos la posta, porque rehuimos a la obediencia, etc., que el mejor gobierno es el democrático. Si no hay un único mando, si la búsqueda de la verdad y la virtud no dependen de una única instancia superior, el ansia de dominio y el rechazo a la obediencia del ser humano se morigeran. A propósito, Atilano Domínguez (el traductor de la edición de Cátedra) hace una interpretación muy similar. Dice que el TTP tiene por objetivo fundamentar el gobierno democrático. El argumento de Spinoza al respecto sería otro vínculo posible entre la unidad y la multiplicidad: es justamente porque somos díscolos hay que buscar que los ciudadanos se gobiernen a sí mismos.

El contrato y los usos de Spinoza

En el TTP hay una teoría del contrato. Como se trataba justamente los capítulos que la mayoría no habíamos leído, lo retomaremos la vez que viene. Pero sí adelantamos varias cosas. En primer lugar se pacta por cuestiones de utilidad. En ese sentido, si no hay una renuncia completa a nuestro derecho natural por parte de todos, el pacto se vuelve inútil. Sin embargo, hay algo que se debe conservar: la legítima defensa. Cuando el pacto se vuelve inútil para conservar la paz y la seguridad, se recurre a la legítima defensa.
En segundo lugar: el orden político divide claramente a los miembros del Estado de los extranjeros. Sin embargo, no hay Estado que no tema mucho más a sus súbditos que al enemigo externo. Es decir, hay toda una teoría del enemigo interno en Spinoza. Esta determinación es la que lo separa de Hobbes: el gobierno más fuerte es en general el más débil. La estabilidad de un Estado depende fundamentalmente de la libertad de sus súbditos.
El sentido del pacto es asegurarse lo más posible la consecución del pacto: la utilidad común para vivir con seguridad. O dicho de otra manera: el Estado debe estar constituido de manera tal que se obedezca porque se considera que es mejor.
Acá aparecieron todo tipo de dudas, tanto por la ambigüedad del texto o por la necesidad de hacer una lectura más fina. Por ejemplo, si nos mantenemos en el nivel del pacto, es decir, en la veta contractualista de Spinoza, aparecía la aporía de que la díada estado de naturaleza, estado civil, vela toda posibilidad de concebir relaciones sociales, grupos e instituciones previos a la constitución civil. Es decir, hay una homogeneidad fundamental entre los que realizan el contrato. Se le podría aplicar a Spinoza todas las críticas que despliega Hegel al contractualismo en general. Y sería un problema querer trasladar Spinoza a una teoría crítica del capitalismo.
Por otra parte, también es cierto que en Spinoza hay toda una teoría de la división interna. La política tal como aparece en el TTP consistiría en justamente como hacer para trabajar con la divergencia interna, el enemigo interno y con el carácter profundamente díscolo de los seremos humanos. En este sentido, sería al revés justamente: habría en Spinoza una herencia fundamental para pensar la democracia y el orden social a partir de la conflictividad intrínseca y no superable de la vida política y social.
Caben, encima, una tercera y una cuarta dificultad. Aun recuperando esta conflictividad de la política en Spinoza, se mantendría la dificultad de la aplicación de este esquema para una teoría crítica del capitalismo, porque en condiciones históricamente determinadas, las sociedades capitalistas no presentan cualquier tipo de división y diferenciación social y política, sino, fundamentalmente, la división en clases, el trabajo asalariado que no es cualquier división ni cualquier conflicto. Cuarta dificultad: no basta en Spinoza con atacar su contractualismo. No habría en Spinoza una dicotomía individuos aislados/sociabilidad. El conatus, la tendencia a perseverar en el ser, nos lleva a la utilidad común más que al aislamiento. El concepto de noción común implica que se considerará como una sola cosa singular al conjunto de causas diversas que concurran a la producción del mismo efecto. Bajo esta definición, el propio Estado puede ser una cosa singular.
Resultado: para la próxima tenemos que indagar con más profundidad la noción de contrato, derecho natural, estado civil, individuo y colectividad tal como aparecen en el TTP y recuperar estos problemas para la lectura de la Ética.

Estructura de la obra

Más allá de las aporías, repusimos la estructura de la obra. Sería la siguiente:

1. Lectura racional de la biblia: contenido puro de la religión, rol y naturaleza de los profetas, figura de Cristo, rol y forma de gobierno realizada por Moisés.
2. Capítulos 15 y 16: según Spinoza, los capítulos más importantes. Se distingue a la religión de la Filosofía. El contenido puro de la religión (amor al prójimo) y la búsqueda de la verdad (determinación de las nociones comunes por medio de las relaciones puramente naturales).
3. Fundamentos del Estado (lo dicho en el apartado anterior más todo el laburo que nos queda).

Próxima: miércoles 14 del 3, a las 19:00hs. en lo de Facu

Lecturas: TTP, desde el capítulo XVI en adelante. Y Ética, primeros dos libros. Publicación (presentación) y convocatoria pública.

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