11.12.07

Encuentro del 11-08-06

Durante la última reunión discutimos otras dos monografías: Identidades destiladas y El nuevo contrato social.

Desde ya que los comentarios y las discusiones no fueron para nada lineales ni se abocaron exhaustivamente a una interpretación al pie de la letra de cada trabajo, sino que nos lanzamos a indagar los problemas ético/políticos y filosóficos que iban apareciendo en estos dos trabajos.

Paso a enumerar y a reponer, en la medida de lo posible, dichas temáticas:

# Problema de la violencia


Específicamente el rol del estado, a la luz del planteo que hizo en gran medida Caro en su trabajo. En qué medida es posible y si es de hecho posible que el estado abra el juego a distintos horizontes políticos en pugna.

Emparentado con esto, apareció nuevamente el debate en torno a cierta activación política en los setenta y la lógica de los fusilamientos.

Ambas problemáticas giraban en torno a algo así como el supuesto imperio de la violencia. Es decir, si hay algo así como una impronta cuasi imposible de trascender que estaría signada por la violencia como horizonte imposible de trascender. En este sentido las preguntas y las indagaciones se orientaron a plantear si hay algo por fuera de la violencia.

También apareció la necesidad de circunscribir el problema en una dimensión más concreta, es decir, salir de la aporía que implica pensar a la violencia como una categoría escindida todo horizonte político, económico y cultural. Hilvanando un poco más esta idea, pasamos a ver las relaciones entre la violencia y los modos de producción de vida. O sea, analizar el problema de la violencia en un contexto histórico más preciso como el nuestro, democracias liberales.

# Democracia y liberalismo, comunidad y fundamento

¿Cuál es el fundamento de las sociedades liberales? ¿Cuál es el fundamento de una democracia? ¿Qué significa y si es posible una sociedad sin fundamento? Mejor dicho, cómo es posible una comunidad que no repose en fundamentos a priori y trascendentes. Problema de la identidad, problema del fundamento y el problema del otro. O lisa y llanamente, el problema de la comunidad. En este punto Seba sugirió nuevamente el cuento de Kafka que todos/as consideramos sumamente pertinente pero cuyo nombre no recuerdo.

# Movimientos sociales y hegemonía

Obviamente nos preguntamos qué significaba en este contexto el término de hegemonía. Es decir, cuál es su estatus político. Teniendo en cuenta un artículo de Laclau y los planteos que Caro hace en su monografía en torno a los movimientos políticos organizados desde una cierta matriz diferencial, es decir sin una identidad constituida a priori. La problemática consistía en indagar la posibilidad de que estos movimientos lograran hegemonía sin cambiar su horizonte diferencial, es decir, sin reproducir la estructura identitaria del estado y la política tradicional.

# Ética y política

¿Es posible una escisión entre la ética y la política? ¿Es la ética previa a la política? O en todo caso si como mínimo habría dos políticas, una política de estado (dicho muy mal y pronto) y una forma política que cifraría su horizonte fuera de las identidades a priori y trascendentes (dicho peor todavía). Sujeto trascendental y voluntad general.


A partir de todas estas problemáticas abiertas, un poco obedeciendo a la célebre técnica didáctica del torbellino de ideas, decidimos abocarnos por el momento al abordaje de la relación entre la ética y la política y al problema de la comunidad. Decidimos acercarnos a este abordaje a partir del libro de Derrida Políticas de la amistad, pero haciendo un breve excursus por Carl Schmitt (El concepto de lo político), en virtud de que es el autor con quien polemiza (a quien deconstruye) Derrida en su libro.

Nos pareció también abordar a los distintos autores que veamos desde horizontes temáticos, es decir, adaptar a los autores de acuerdo a nuestros intereses y no viceversa, con el objetivo preciso de no perdernos, por ejemplo en el barullo deconstructivo que nos proponga Derrida, o en las infinitas problemáticas exegéticas que cualquier autor implica.

No se me ocurrió durante la reunión pero lo propongo ahora: en torno a la relación entre la ética y la política, pero sobre todo en torno a la problemática de la comunidad, tal vez no venga bien leer Sobre la cuestión judía, de Marx (para más adelante obviamente).

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